El estilo de dibujo del autor es excelente, mezclando perfectamente la definición con la expresividad. Crea unas imágenes muy atractivas, en las cuales tanto el color como la línea juegan un papel fundamental. Te transmite la sensación buscada, introduciéndote en los paisajes gallegos en los que ocurre la historia, pudiendo disfrutar la esencia de esos momentos.
Además de los espectaculares dibujos, la novela reflexiona sobre el tema de la memoria, te hace conectar con los personajes, entendiéndolos, y a través de ellos comprendes la importancia de este concepto. La información la vas bebiendo poco a poco, disfrutándola en cada viñeta, sintiéndote tan conectado con la obra que parece que tú también la estás viviendo.
Considero Ardalén una joya del mundo de la novela gráfica, no dejo de aprender de ella.
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