domingo, 24 de noviembre de 2013

Día 47: Compañía Nacional de Danza. Teatro de la Zarzuela



Ayer acudí a ver la actuación de la Compañía Nacional de Danza, en el teatro de la Zarzuela. Para comenzar, diré que ha sido una de las mejores actuaciones que he visto en la vida. La calidad tanto de los bailarines como de los coreógrafos es realmente increíble.
La función se dividía en tres piezas, cada una creada por un coreógrafo invitado, de gran prestigio internacional: "Sub" de Itzik Galili, "Falling Angel" de Jiri Kylián y "Minus 16" de Ohan Naharin.
Las piezas combinaban una sutilidad y perfección sublimes con fuerza arrolladora. Los bailarines dotaban a sus cuerpos y movimiento de calidades que parecían imposibles, se apreciaba la textura de cada detalle, el gusto y dedicación de cada paso, se podían apreciar años y años de experiencia y esfuerzos filtrados a través de sus líneas y trayectorias. Contemplarlo era como escuchar una sinfonía del mejor compositor: disfrutabas sus matices, intensidades, había cánones, contrapuntos, melodía, acompañamiento, acordes perfectos e imperfectos, cadencias que se extinguían dando paso al siguiente movimiento, y cuando toda la orquesta llegaba al climax tú también querías saltar del asiento, con la piel erizada, desbordado por la energía que ellos te transmitían.
A parte de la extraordinaria belleza de la pieza en sí, el espectáculo también rompía la barrera entre el público y los artistas, pues en determinado momento, paseaban entre los espectadores y escogían a algunos para que saliesen al escenario a bailar con ellos, formando parte de la obra también, proporcionando momentos de lo más divertidos.

Ha sido una experiencia única y maravillosa, desde luego, una de las obras de arte con mayor calidad que he visto en mucho tiempo.










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